Carta de Delegados al XI Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo en la Habana.

Publicado en por UCI

XI Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo

La Habana, 6 de marzo de 2009

Sr. Barack Obama

Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica.

Distinguido Señor. Presidente:

Quienes le escribimos a usted somos los 1 500 delegados que participamos en el XI Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo, que se celebró en La Habana, Cuba. Somos economistas, académicos, politólogos, sociólogos y juristas de 52 países y miembros de numerosas instituciones y organizaciones internacionales. No somos ni mucho menos un bloque hegemónico: Nos animan muy variadas tendencias políticas y religiosas, y hasta encontradas corrientes de pensamiento económico. Lo que sí nos une es la preocupación por los destinos de la Humanidad y los buenos deseos de que esta generación emerja de la actual crisis, que en todos los órdenes estremece a la civilización, con la solución a los graves problemas y asimetrías que aquejan al género humano.

En medio de los debates, hemos hecho un alto para solicitarle que, en la agenda con que usted pretende renovar la política estadounidense, ocupe un modesto espacio el clamor de toda la humanidad de que cese el absurdo bloqueo económico, comercial y financiero que los Estados Unidos, con su gran poderío, ejercen sobre un pequeño pero digno país: Cuba.

Señor Presidente:

Usted haría una contribución histórica a la tolerancia y el espíritu democrático que animaron a los egregios fundadores de la nación estadounidense si escucha ese clamor y marca la diferencia ante un dogma, traspasado y mantenido por casi 5 décadas de administraciones del despacho oval. Realmente, una intromisión del voluntarismo político sobre la lógica de la libertad económica.

Las esperanzas del mundo miran hacia usted en la era de cambio que ha prometido. No desperdicie esta oportunidad, Señor Presidente. Se lo agradecerán las actuales y futuras generaciones, y especialmente el propio pueblo norteamericano, que sufre ese veto prohibitivo, ajeno a los postulados de libertad, democracia y a la humilde generosidad de Abraham Lincoln. Se lo reconocerá la Historia.

No podemos terminar esta carta sin antes solicitarle que, en consonancia con la vocación universal que lo anima a usted, interceda por la liberación de 5 cubanos que sufren largas condenas de prisión en su país, sin haber transgredido la seguridad interna de los Estados Unidos; solo por defender la paz de su respetable patria, tan necesaria al igual que la de la gran nación que usted representa.

Con ese elevado gesto, señor Presidente, se colocaría por encima de intestinos y mezquinos intereses de política menuda, que nada tienen que ver con los principios éticos que han guiado su vida.

Le saludan respetuosamente,

Delegados al XI Encuentro Internacional de Economistas sobre Globalización y Problemas del Desarrollo.

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